Las nuevas formas de comunicación no son secreto para ninguno en este mundo globalizado, mucho menos que las empresas tienen y promueven canales de comunicación, interacción y atención al cliente alternas a las llamadas telefónicas o call center. Sin embargo hay empresas que aun ignoran la forma de cómo funciona la atención personalizada a través de la web 2.0.
La atención al cliente 2.0 nos lleva a implementar las tendencias actuales, en la que sin duda se encuentran las redes sociales, la más importantes Twitter y Facebook. La idea de tener en cuenta al cliente 2.0 es integrarlos a las diferentes técnicas de comunicación por donde pueden estar conectados con la empresa, no solo remitiéndolos al teléfono o fax.
Ahora, si bien es importante al ya tener las cuentas en las diferentes redes sociales donde nos queremos comunicar e interactuar con el cliente, es básico recordar que no sólo se trata de la creación de perfiles, sino también de actualizar y responder a la menor brevedad posible las inquietudes del cliente. Este es quizá el principal error de muchas marcas en las redes sociales.
La inmediatez es la razón por la que muchos usuarios utilizan las redes sociales para consultar o comunicarse con las marcas, es por eso que la respuesta debe ser prácticamente inmediata, así se reduciría el riesgo de tener comentarios negativos y generar una mala reputación en la web.
Para lograr la inmediatez que requiere cada respuesta en la redes, es fundamental que la persona encargada de conectarse e interactuar con el cliente se apropie y conozca perfectamente no solo la empresa para la que trabaja, sino también las estrategias diseñadas para sus marcas; es obvio que no siempre va a tener la respuesta a las cientos de preguntas, consultas o quejas que pueda recibir, pero ayuda a minimizar el tiempo de espera cuando conoce la marca y su plan estratégico. Podemos finalizar asegurando que la atención al cliente 2.0 es entendida como el servicio que apuesta a la utilización de la tecnología para la satisfacción efectiva de las necesidades de los consumidores, sin que esto implique costos mucho más altos para la organización.
Por: Katherin
Quintero
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