Imagen e identidad corporativa van de la mano

Cuando se habla de imagen corporativa muchas veces no se le da la importancia que merece. Los empresarios y directivos olvidan que más que un elemento visual (logotipo, isotipo, imagotipo) es la opinión que las personas tienen de la organización o la marca. La imagen es la manera como la marca esta posicionada en  la mente de las personas, y por lo tanto, el resultado del mensaje que se le está transmitiendo a través de: la atención al cliente, la calidad del producto y/o servicio, el trato de su personal, la seriedad en los asuntos financieros, entre otros aspectos; los cuales deben ir de la mano de la identidad corporativa, entendiéndose esta última como el conjunto de atributos y valores que toda organización posee.

Si la organización logra tener una conexión perfecta entre la imagen y la identidad corporativa va a lograr transmitir su mensaje de manera eficiente, lo que va a dar como resultado tener la confianza y credibilidad de la opinión pública.

Cabe recalcar que para crear imagen hay que tener en cuenta a los consumidores potenciales, a los usuarios de los productos y/o servicios de la organización, a los proveedores y distribuidores, a sus empleados y colaboradores, instituciones financieras, organizaciones del mismo sector, medios de comunicación, instituciones de gobierno, accionistas, entre otros. Al poner esto en práctica le permitirá a la organización transmitir, aumentar y preservar su prestigio, obtener un nivel alto de recordación en el público, lograr que los clientes se conviertan en prescriptores y promocionen sus productos y/o servicios de una manera espontánea, además de estimular comportamientos positivos de los empleados.

Por último, recuerde que para crear la imagen corporativa, se deben establecer las reglas para coordinar los elementos visuales con el mensaje, y asegurar así la coherencia en su aplicación, plasmándolas en el manual de imagen corporativo, especificando la presentación de la empresa (colores, gráficas), papelería administrativa (hojas membreteadas, sobres, tarjetas de presentación, catálogos, etc), señalización interna (información y simbología), presentación y organización de los espacios internos (mobiliarios, equipamiento, recepción, etc), gestión de la comunicación y publicaciones digitales (redes sociales, sitios web, blogs); en fin en todos los recursos y medios que la organización utiliza para comunicarse con los diferentes grupos de interés.

Pero lo más importante de todo esto es conseguir la coherencia, que nuestro público tenga una imagen de nosotros igual a la que queremos transmitir, y que finalmente se ve reflejada en lo que realmente hacemos.

Por: Patricia Ruiz Cabrera
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